España

Los niños gitanos no maltratan a sus padres

Es un delito típico de adolescentes de clases acomodadas, pero inexistente entre los calés
 
Un educador conversa con un adolescente en un piso
de convivencia para chicos maltratadores. :: R. L. P.
 
Por: Carlos Morán: Granada - 29/03/2011
 
El Juzgado de Menores 1 de Granada condenó en 2010 a 61 adolescentes de entre 14 y 17 años por maltratar a sus progenitores. Según fuentes judiciales, el tribunal número 2 de Menores de Granada dictó un número similar de sentencias en casos de este tipo. La suma impresiona: 120. Aproximadamente, un 15% de las resoluciones condenatorias que emitieron ambos juzgados -que fueron más de 700-.

Lejos de extinguirse, el dramático fenómeno de los niños que agreden a sus padres -física o psíquicamente, o ambas cosas a la vez- se consolida año tras año. Pero hay un llamativo detalle que puede ayudar a explicar el origen de un delito que, a principios de este siglo, ni siquiera existía: no hay ni un solo menor gitano que haya sido condenado por vejar a su padre o a su madre. «Es verdad: los niños gitanos no pegan a sus padres. Aquí no hemos tenido ningún caso. Su cultura lo impide y es algo que nos debe servir a todos para aprender», indica el juez Emilio Calatayud, titular del Juzgado de Menores 1 de Granada.
 
Defensor del Pueblo Andaluz

José Chamizo, Defensor del Pueblo Andaluz y Defensor del Menor en la comunidad autónoma, también constata una realidad que ya había llamado la atención al personal de la Junta de Andalucía que trabaja con los adolescentes infractores. «Es cierto. Para los gitanos, insultar o agredir a sus mayores es algo inconcebible, una barbaridad que no les cabe en la cabeza. Para ellos, el respeto a los padres o los abuelos es algo que no se discute. Es algo que llevan muy dentro», explica Chamizo, al tiempo que invita a la sociedad en general a fijarse en esa conducta e imitarla.

En este sentido, el Defensor, que en varias ocasiones ha expresado su preocupación por la expansión del fenómeno de los hijos que pegan a sus padres, recordó que el delito en cuestión es propio de familias que disfrutan de una buena situación económica. «Donde más se da es en las clases acomodadas. Entre las gentes más humildes no suele ocurrir», destacó Chamizo”.
 
Fuente: ideal.es

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