Europa

La crisis económica impulsa el odio étnico en los ex-satélites soviéticos

Según una investigación llevada a cabo por el profesor Andras Kovacs, de la Universidad Central de Budapest, el 15% de los húngaros manifiesta un odio visceral a los judíos y el 50% considera que los gitanos son «genéticamente criminales»

Magyar Garda (Guardia Húngara) reúne a miles de adeptos en sus actos. :: AFP

Por: Paco Sotos - Varsovia - 27/12/2010

La crisis económica que golpea con dureza a los países del Este -con la excepción de Polonia-, la pobreza y las desigualdades que el nuevo sistema capitalista no ha podido corregir, la corrupción y el desprestigio de los políticos y las instituciones han traído agua al molino de la ultraderecha en países con escasa cultura democrática después de largos períodos de autoritarismos de derechas y cuarenta años de sistema comunista.
 
Hungría encabeza la lista de países con una extrema derecha fuerte en el ámbito político y electoral. Las legislativas del 25 de abril dieron la victoria a la conservadora Alianza de Jóvenes Demócratas (Fidesz) de Viktor Orban y catapultaron al tercer puesto parlamentario al Movimiento para una Hungría Mejor (Jobbik) de Gabor Vona, un partido extremista, populista, racista y antisemita que defiende la erradicación ideológica y étnica.
 
Jobbik, que suma el 15% de votos, cuenta con el apoyo callejero de grupos paramilitares como Magyar Garda, integrado por unos 1.300 miembros que se inspiran de la estética y la ideología de Cruz Flechada, el partido fascista húngaro que se fundó durante la Alemania nazi. «Lo que se avecina es un maremoto extremista», advierte Pal Tamas, director del Instituto de Sociología de Budapest. Uno de los objetivos de Jobbik es «expulsar del Parlamento a los poscomunistas y los liberales extremistas» y acabar con «la criminalidad gitana», según dice la dirigente del partido Krisztina Morvai.
 
El terreno está abonado para la extrema derecha, porque amplios sectores de la sociedad son receptivos a sus ideas ultranacionalistas y xenófobas. Según una investigación llevada a cabo por el profesor Andras Kovacs, de la Universidad Central de Budapest, el 15% de los húngaros manifiesta un odio visceral a los judíos y el 50% considera que los gitanos son «genéticamente criminales».
 
Minoría húngara y gitanos
 
En Eslovaquia también han crecido como hongos los grupos fascistas y nazis paramilitares que tienen en el Partido Nacional Eslovaco (SNS) de Ján Slota y el Movimiento para una Eslovaquia Democrática (HZDS) -que gobernaron con el socialdemócrata Robert Fico- a sus principales valedores políticos. La minoría húngara que vive en Eslovaquia (10% de la población) y los gitanos son los principales objetivos de los ataques políticos y a veces físicos de la extrema derecha eslovaca.
 
La República Checa no cuenta con partidos ultras potentes, pero existen diversos grupos nacionalistas, racistas y neonazis que se dedican a organizar manifestaciones y agresiones contra los gitanos.
 
En Rumanía, varios grupos extremistas utilizan las manifestaciones futbolísticas para ejercer su violencia y provocaciones, y una organización de cierta importancia, el Partido de la Gran Rumanía (PRM) de Cornelius Vadim Tudor, antiguo poeta oficial del dictador comunista Nicolae Ceausescu. Este personaje ha hecho de los homosexuales y los gitanos sus principales caballos de batalla.
 
En Bulgaria, Volen Siderov dirige el partido ultra Ataka, que mete en el mismo saco su odio a los homosexuales, los judíos y la UE.
 
Y en Polonia, el partido conservador Ley y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski ha acabado electoralmente con la extrema derecha al apoderarse del voto de grupos como la Liga de las Familias Polacas (LPR) de Roman Gertych o de los seguidores de políticos ultras como Marek Jurek.

Fuente: elcorreo.com

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