España

Lecciones de gitanas ejemplares

La iniciativa "Yo no pierdo mis valores aprendiendo" acerca a los escolares calés la experiencia de universitarias de su raza para incentivarles en el estudio

 

BADAJOZ: 10/03/2009

NO somos gitanas con moño y churumbeles en la cintura», suelta Raquel Saavedra de sopetón, porque le sale, y Guadalupe Fernández, a su lado, la mira y se ríe. La afirmación esconde, bajo su superficie de broma, una firme declaración de intenciones, la de no dejarse arrastrar por la corriente de lo establecido. El mundo gitano se mueve, lento pero seguro. Las dos superan en poco los 30 años, son madres de dos hijos y fueron a la Universidad. Y las dos pasaron por su particular crisis de identidad cuando hicieron algo normal para la población paya pero extraño para los gitanos: estudiar. Ahora, les cuentan a niños de su etnia que asistir a clase y completar sus estudios no sólo no choca con sus tradiciones, sino que probablemente les ayude a ser más libres y a poder elegir su vida.
 
La Fundación Secretariado Gitano imparte la actividad 'Yo no pierdo mis valores', que trata de avanzar en la integración del colectivo a través de cuestiones como la educación.
 
Ayer, estas dos mujeres, trabajadoras ambas de esta fundación, se enfrentaron a un pelotón de niños en el colegio Gabriel y Galán de Aldea Moret, en Cáceres, que tiene un 95% de presencia gitana en sus aulas. La lección de ayer era contarles su ejemplo, aprovechando una jornada sobre integración que se celebró en el centro. Saben que lo que hacen es, simplemente, poner una semilla que germinará a largo plazo, y que ni siquiera pueden cuantificar. ¿Cuántos niños de los que hoy estudian primaria llegarán a la Universidad? No se sabe, dicen, pero lo importante es que ellos conozcan a personas gitanas con estudios universitarios, y que se conviertan en sus referentes.
 
«Probablemente, cuando lleguen a casa se lo cuenten a sus padres a la hora de comer», apunta Raquel, trabajadora social. Porque sin padres que motiven es difícil que un niño entienda que estudiar tiene sentido. En su caso, su padre, un hombre hecho a sí mismo, chef de cocina y que aprendió «siete idiomas por su cuenta», siempre le animó a estudiar.
 
Guadalupe, que estudió Magisterio, es hija de un policía nacional gitano, para ella todo un ejemplo blackjack en ligne gratuit multijoueur de superación. En todo caso, ambas pasaron por la coyuntura de sentirse en medio de un rompeolas. «Es difícil, porque tu comunidad no te termina de ver como un gitano normal y para el resto de la sociedad tampoco eres igual», apuntan. ¿Cómo reciben los niños gitanos su experiencia? Hay todavía cierto distanciamiento, y a los niños les cuesta entender que las que les hablan son gitanas como ellos.
 
Actualmente hay 19 universitarios gitanos en las aulas extremeñas, algo impensable hace una década. La Fundación Secretariado Gitano lleva este tiempo luchando contra el absentismo escolar, y la cosa va mejorando, entre otras cosas porque las madres cada vez están más mentalizadas en que las aulas son un buen sitio para sus hijos.
 
Fuente: Hoy.es
 

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