La Asociación de Vendedores Ambulantes sigue topándose con el rechazo del consistorio
Por: Tere Cohello - Santa Cruz de Tenerife - 24/01/2011
En tiempos de crisis económica, cualquier idea que se ponga sobre la mesa y sirva para la creación de puestos de trabajo es bienvenida. Pero no siempre es así y esto es lo que opina el presidente de la Asociación de Vendedores Ambulantes de Canarias (Avacan), Rafael Heredia, quien, una y otra vez, cada vez que plantea la puesta en marcha de un mercadillo en La Laguna, se encuentra con el rechazo del grupo de Coalición Canaria que gobierna en mayoría en el Ayuntamiento.
Esta no es una reivindicación nueva, los vendedores ambulantes han formulado esta petición en diferentes ocasiones y siempre han obtenido la misma negativa, pero la más sonada fue la expuesta en el pleno municipal del mes de febrero del pasado año, cuando el alcalde, Fernando Clavijo, aseguró que no autorizaría el mercadillo ambulante. «No me escondo en mis concejales o en tecnicismos legales para negarme», sostuvo, además de criticar que, para la solicitud de esta actividad, no se hubiera presentado ni siquiera un proyecto concreto especificando, entre otras cosas, de cuántos puestos de trabajo se estaba hablando.
Ante las vacas flacas, cualquier segundo es convierte en oro y como la indecisión es la ladrona de la oportunidad, dicho y hecho, y así se lo plantearon las 300 familias que solicitaban el permiso para ejercer esta actividad, al poner en marcha la redacción de un proyecto en el que intervinieron, para su realización, arquitectos, abogados y asesores. Este documento estuvo finalizado pocos meses después y fue entregado al consistorio lagunero el 27 de agosto, pero, transcurridos cinco meses, los comerciantes continúan sin obtener ninguna respuesta por parte de los responsables municipales.
El proyecto
Reacciones ante la ley
La ley publicada en el BOE en marzo del 2003 expone claramente que «los vendedores no sedentarios no podrán situarse en los accesos a lugares comerciales o industriales, ni a sus escaparates o expositores, ni a edificios de uso público», pero jamás marca distancia.
En prácticamente todas las grandes ciudades existen mercadillos «y esto no afecta al resto del comercio tradicional», porque «el vender en un establecimiento estacionario depende solo del número de personas que pasen por delante de su puerta; es directamente proporcional, si no pasa nadie, no van a vender nunca nada; luego entonces, traer una afluencia de 8.000 o 10.000 personas en una mañana puntual es darle vida a un mercado», sostiene Rafael Heredia, quien no esconde la decepción que siente por la decisión que tomó hace un año el primer edil municipal y el silencio que mantiene ahora.
«Esto me huele a una cosa xenófoba», explica pensando que del colectivo de vendedores muchos son gitanos, «pero gitanos de Canarias», aunque la gran mayoría de las personas del mercadillo, que forman parte de Avacan, en un 70 por ciento son personas que se han quedado en el paro y no han encontrado otra salida a su situación económica que esta. «Encima, a partir del próximo mes, cuando quiten la paga de los 426 euros, seremos muchos más. Es la única posibilidad que tenemos para trabajar», afirma. Para Heredia, el mercadillo no solo aplacará las necesidades económicas de muchas familias, sino también será un nido de cultura, porque prevén que artistas de cualquier índole —caricaturistas, títeres, mimos, malabaristas y músicos, entre otros— puedan exponer al público en general sus cualidades y dones.
Fuente: ABC
Mundo Gitano – Gypsy World