España

Los gitanos acampan «de lujo» en la Feria

 «Aquí nos sentimos como en ningún sitio en Andalucía»

Por: Enrique Esteban - Jerez - 08/05/2009

«En ningún sitio de Andalucía nos hemos sentido tan bien tratados como aquí. Para los gitanos como Jerez no hay ningún sitio». Era la frase más repetida ayer por las numerosas familias que se encuentran acampadas ya en la explanada anexa a la Feria que desde hace más de una década les facilita el Ayuntamiento para que puedan desarrollar su trabajo con todas las comodidades posibles.
 
Algo muy importante si se tiene en cuenta que las más de cien personas, nómadas por vocación y por necesidad, apenas han descansado tras otras ferias como la de Sevilla. Una fiesta que no parecen echar de menos ante el bienestar que se les proporciona en una ciudad que es, sin duda, un ejemplo a seguir en cuanto a la integración de los gitanos en la sociedad.
 
«Estamos en la gloria aquí, ya que tenemos muchos lujos. En otras ferias, el coche es un piso y la mujer hace la comida dentro», «Es que en otras ferias no nos podemos ni sentar y encima viene la Policía, pero no como aquí, que nos tratan muy bien. En Jerez no nos bordean» comentaba ayer Santiago Fernández., añadía Rafael Pardo.
 
Silva y Fernández son dos apellidos bastante usuales en este campamento, donde las familias están muy unidas entre sí. Así, es frecuente que, tras encontrarte charlando con Santiago Fernández y Ramón Silva, des una vuelta por el campamento y acabes entrevistando a la pareja formada por Antonio Fernández y Verónica Silva, que es la primera vez que acuden a Jerez «aunque mi padre viene todos los años», puntualiza Fernández.
 
Estos jóvenes padres se encuentran en Jerez como en ningún sitio, sobre todo después de que «en Sevilla nos hayan tratado algunos como perros», dice Verónica, que afirma además que «nos han quitado los claveles tres veces por lo menos, tras subirse al coche y llevárselos».«No llega ni para comer con la crisis; menos mal que aquí tenemos muchas comodidades» Algo que no es de recibo, sobre todo cuando la crisis se está notando en el sector ambulante de las flores, tanto como en otros sectores: , señalan.
 
El que no parece entender de economía es el sabroso guiso que se encuentra cocinando una mujer al otro lado del campamento. Unas «patatas con magro», puntualiza, para chuparse los dedos. Adolfo Silva, a su lado, explica que «sólo queremos que nos dejen vender nuestros claveles», que es a lo que vienen. Flores que venden al mismo precio de siempre aunque, con la crisis, «vamos a comer las patatas hoy y veremos a ver si podemos comer mañana».
 
Rafael Pardo es uno de los que más experiencia tienen en esto y, a juzgar por su edad y por el trato que le dispensan los demás, parece uno de los más respetados. «Llevo viniendo unos 24 años y esta Feria me encanta, con todo lo que tiene: los caballos, la gente no se mete contigo, no nos quitan los claveles como en Sevilla», remacha. Él, tras pasar por la Feria de Abril y la del Caballo, también lo hará por la de Córdoba y luego irá a Madrid, donde tiene parientes. Santiago Fernández también acude a Jerez «desde hace unos 30 años, cuando no estaba este puente (elevación del tren), ni la carretera, ni había pisos por aquí». En total, son «unos 25 ó 30 coches entre consuegros, primos...».
 
Este año, como novedad, se ha vallado el perímetro del campamento y se ha preparado una parcela cerca donde se reubicará a las familias de peruanos.
 
 

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