Europa

Alemania desmiente el anuncio de Sarkozy de que también deportará gitanos

El presidente francés aseguró en la cumbre de la UE que Merkel pretendía levantar varios campamentos.- Berlín no critica la política de París pero niega que vaya a seguir su ejemplo

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, durante una rueda de prensa en la cumbre de la UE, en Bruselas.- REUTERS

Por: Ricardo Martínez - Bruselas - 17/09/2010

La tensa jornada vivida ayer en la cumbre de la UE a cuenta de la política francesa de expulsión de gitanos concluyó con un embrollo diplomático entre París y Berlín. Tras pelearse a cara de perro con el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, Sarkozy se plantó ante la prensa para subrayar que, pese a la discusión con Barroso, ninguno de los jefes de Estado europeos habían manifestado una crítica directa a su política. Y aludió expresamente a la solidaridad de la canciller Angela Merkel, quien, según él, le anunció que dentro de unas semanas "ella también va a levantar varios campamentos". Poco después, ya en Berlín y ante una posible reacción en su país, el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, negó que Merkel hubiese hablado con Sarkozy en esos términos. París, de momento, no ha reaccionado al desmentido.

Fue el epílogo de un día que ya se preveía especialmente difícil, después de que la Comisión anunciara días antes su intención de abrir un procedimiento de infracción a Francia. Pero el detonante de la discusión entre Sarkozy y Barroso no fue eso, sino la equiparación por la vicepresidenta de la Comisión y comisaria de Justicia, la luxemburguesa Viviane Reding, de las repatriaciones de gitanos con las deportaciones del nazismo. En juego, el derecho de cada uno de ellos a ejercer sus respectivas atribuciones legales.

A gritos

Fue un "intercambio muy macho y viril", en apreciación del primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker. "Los gritos se oían en el pasillo", comentó alguien que estaba fuera de la sala. En conferencia de prensa ambos disimularon su media hora de bronca callejera, sin renunciar a sus posiciones. "La discriminación en la UE es inaceptable" y se va a investigar qué ha hecho Francia, aseguró Barroso."Las expulsiones van a seguir" , insistió Sarkozy.

Un Sarkozy encendido por las manifestaciones del martes de Reding -para quien las expulsiones de gitanos constituyen "una situación que no pensaba volver a ver tras la Segunda Guerra Mundial"- desplegó su artillería verbal de grueso calibre contra la comisaria "por unas referencia históricas que han herido profundamente a los franceses". Comparar aquella hora de la infamia con lo ocurrido en la actualidad es "una injuria, una humillación y un exceso" que requieren una respuesta radical, explicó Sarkozy: "No puedo permitir que se insulte a mi país".

Barroso explicó que a la Comisión no le gustaba nada lo que estaba ocurriendo en Francia y el presidente francés, "le replicó de forma muy agresiva", según una fuente diplomática, lo que destapó la caja de los truenos. "Fue un intercambio muy violento", comentó el primer ministro búlgaro, Boyko Borissov.

El líder de la Comisión, que había tomado distancia la víspera de las palabras de su vicepresidenta y subrayó que ya ella se había disculpado, demandó al presidente francés si también se iba a disculpar su secretario de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, quien durante varios días ha puesto a caldo a la Comisión por osar cuestionar las acciones "del Gobierno soberano de un gran país".

Muy agitados ambos, "no se ahorraron palabras", reveló la canciller germana, Angela Merkel. José Luis Rodríguez Zapatero, habituado al nivel del debate político en España, definió el intercambio como "intenso, pero correcto". Fue el siempre irónico Juncker quien lo calificó de "macho y viril".

"En la pasión del debate se han escuchado palabras exageradas", respondió el presidente de la Comisión a una pregunta en sala de prensa sobre los términos de la virulencia verbal del choque, que él colocó en el ámbito de los últimos días. "La vicepresidente de la Comisión lo ha reconocido. Otros deberían hacer lo mismo". 'Otros' son Sarkozy y Lellouche. El presidente francés aseguró ante la prensa que si alguien había mantenido la compostura en la discusión había sido él. "No quiero entrar en polémicas. Reding se ha excusado por sus palabras injuriosas. Dejémoslo ahí".

Los líderes apoyan a Sarkozy

Sarkozy tenía motivos para mostrarse arrogante. Ninguno de los jefes de Estado europeos manifestaron una crítica a las expulsiones de gitanos ordenadas por el Gobierno francés. Por el contrario, todos ellos coincidieron en censurar a Reding en vez de defender un pilar de la Unión como es la libre circulación de las personas. "La totalidad de los jefes de Estado y de Gobierno se manifestó sorprendido por las declaraciones excesivas de la vicepresidenta", precisó Sarkozy antes de aludir expresamente a la solidaridad de Merkel. "Me ha anunciado que dentro de una semanas ella también va a levantar varios campamentos", reveló con malicia."A ver cómo reacciona Reding".

Más allá del acaloramiento verbal, Sarkozy confirmó que, rectificada a instancias suyas la polémica circular que dirigía a las autoridades a fijarse "en los gitanos rumanos", los desmantelamientos de campamentos ilegales y las expulsiones individualizadas van a seguir en Francia.

Según él, ni en Francia ni en Europa debe haber lugar para las 'villas miseria' (poblados de chabolas) que se elevan en las afueras de las ciudades. "La libre circulación no supone instalación ilegal sin respeto a la ley. Europa no puede cerrar los ojos a los campamentos ilegales. Nadie debe vivir así. ¿Son dignas esas imágenes? ¿Qué tiene que ver eso con la libertad de circulación? Permitiendo eso es como se aleja a los ciudadanos de la idea de Europa".

El presidente no objetó en público a la investigación de la Comisión y aseguró que rectificará lo que sea necesario si la trasposición a la legislación francesa de la directiva sobre la libertad de movimiento contiene errores. "Vamos a seguir trabajando con la Comisión", prometió. "Volverá la normalidad".

Un Herman Van Rompuy particularmente serio resumió en cinco puntos los términos del acalorado debate, sin aludir a las salidas de tono verbales. Señaló que todo Estado de la Unión tiene derecho a aplicar la ley dentro del respeto al Estado de derecho, pero recordó que la Comisión tiene el derecho y el deber de velar por la correcta aplicación de la directiva sobre libre circulación y la no discriminación y el derecho a investigar cómo se hace. Nadie puede cuestionarlo. Abogó por el respeto mutuo entre la Comisión y los Estados e informó que en un futuro Consejo Europeo, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión discutirán sobre la situación de los gitanos en Europa.

Fuente: El País.com

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Sarkozy vence a Reding y seguirá expulsando gitanos con el beneplácito de los Veintisiete

El presidente francés recibe el apoyo de sus colegas para aplicar la "legalidad" gala

Los jefes de Gobierno de la UE salvan la tensa situación retrasando a un Consejo sin fecha el debate sobre este tema

Bruselas - EFE - 17/09/2010

Francia no sólo no dará marcha atrás en su política de expulsar a los gitanos "ilegales" de su territorio, sino que la mantendrá e intensificará según se desprende de las declaraciones hechas ayer en Bruselas por su presidente, Nicolas Sarkozy. Pero lo peor es que, además, lo hará con el visto bueno de los Veintisiete que ayer, lejos de respaldar las críticas de la comisaria de Justicia, Viviane Reding, que llegó a comparar esa práctica con la de los nazis durante la segunda guerra mundial, arroparon al mandatario galo hasta el punto de darle alas para pisotear a Reding. "No nos hablamos así entre socios europeos", espetó Sarkozy antes de calificar de "inaceptables" las declaraciones de la comisaria. Según aseguró el mandatario de la UMP, que invitó a Reding a llevarse a los gitanos a Luxemburgo (su país), las palabras de la responsable de la Justicia europea resultaron "muy hirientes" y su "deber como jefe de Estado" era "defender a Francia". Ningún jefe de Gobierno de la Unión Europea se atrevió a cuestionarle.

El presidente francés defendió con vehemencia la legalidad de su política de expulsiones de gitanos y dejó claro que piensa continuar con ella, pese a las críticas. "Queremos el desmantelamiento de todos los campamentos ilegales, sean quienes sean los que están en ellos", explicó Sarkozy, quien insistió en que rechaza "la instalación a las puertas de nuestras ciudades" de este tipo de asentamientos "degradantes tanto para quienes viven en ellos como para los vecinos". En su opinión, los campamentos "no son dignos ni de la República ni del ideal europeo".

Sarkozy defendió que sólo una minoría de las personas afectadas por el desmantelamiento de poblados en Francia son gitanas procedentes de otros países y los ilustró explicando que Francia evacuó 500 campamentos "ilícitos" durante el mes de agosto y que de los miles de personas implicadas "entre dos tercios y tres cuartos tenían la nacionalidad francesa" y continúan, por tanto, en territorio galo.

Respecto a la circular del Ministerio del Interior que mencionaba como prioridad el desmantelamiento de los campamentos de gitanos y que terminó por desencadenar la reacción de Bruselas, Sarkozy dijo que fue reemplazada en cuanto él la conoció.

Consenso

Ante esta postura los socios comunitarios se mostraron de acuerdo en que un Estado miembro tiene el derecho y el deber de aplicar su legislación en su territorio en el marco del Estado de Derecho y que, a su vez, la Comisión tiene el derecho y el deber de hacer aplicar las directivas, entre otras la de libre circulación y no discriminación, que son en las que Reding apoya su plan de expedientar a Francia.

Sin embargo, la desafortunada comparación que hizo la comisaria entre la situación francesa y los acontecimientos vividos durante la Segunda Guerra Mundial cuando el martes anunció su intención de abrir ese expediente, permitió a los jefes de Gobierno de los Veintisiete eludir la censura.

Eso sí, formalmente los líderes europeos se comprometieron a discutir en profundidad en otro Consejo Europeo los problemas de integración de los gitanos. "Nadie pone en duda los derechos fundamentales, la no discriminación entre los ciudadanos, no hay divergencias de punto de vista en cuanto a la sustancia", relató al término de la reunión el presidente permanente del Consejo, Herman Van Rompuy. Pero ese grado de consenso no impidió que el ambiente del almuerzo en el que se debatió el asunto se caldeara con la intervención "bastante agresiva" de Sarkozy al dirigirse a Barroso, aunque Sarkozy negó en todo momento haberle gritado.

Fuente: noticiasdegipuzkoa.com

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