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Gitanos de Formosa

Entre los ríos paraguay, al este, el Pilcomayo, al norte, y el Bermejo, al sur; se haya esta bella y joven provincia Argentina, siendo los conquistadores que navegaban sus ríos, quienes denominaban a esta zona como la "Vuelta a Formosa", "Vuelta Hermosa" o "Punta Hermosa". Por la belleza del paisaje que encontraron.

Según el lugar donde uno se encuentre, podemos estar hablando del “último rincón del mundo” que, como en tantos otros, siempre hayamos comunidades gitanas en las que se descubren unas mismas raíces y unos mismos rasgos culturales, compartidos por el resto de comunidades roma del mundo.

Gracias nuevamente a nuestro buen amigo y colaborador, Esteban   Widnicky, uno de los fotógrafos con mayor reconocimiento en toda Iberoamérica, e impulsor del proyecto “Raices”; tenemos ahora la oportunidad de adentrarnos en la carpa-vivienda y en la cotidianidad de la familia Iovanovich,

Se trata ésta, de la  última incursión realizada por Esteban Widnicky a diversas comunidades roma de  todo el mundo, un “peregrinaje" iniciado hace  años, que le ha llevado a recorrer numerosos países y continentes, disfrutando de la característica hospitalidad que nuestro pueblo aún preserva. Gracias a esa convivencia y, por qué no decirlo, gracias también a esa simpatía, trato y amabilidad que caracteriza a Esteban; ha tenido oportunidad para impregnar de frescura, de calor y cercanía, todas y cada una de sus fotografías, como ya pudimos comprobar en su primera entrega (ver)

Aproximadamente el 50% de los gitanos que habitan en Argentina, unos 80.000, viven de manera semi-nómade en las periferias de las grandes ciudades. En la familia Iovanovich, los hombres se dedican a la compraventa de vehículos y también a vender lonas para la construcción, mientras las mujeres, se encargan de mantener el hogar en orden y salir en busca de clientes para la lectura de manos.

Es interesante comprobar mediante una de las imágenes tomadas por Esteban, donde muestra una libreta para ejercicios de escritura, que también en el “último rincón del mundo”, nuestro pueblo ha tomado conciencia de la necesidad de formarse. Allí no cuentan con el apoyo de los recursos sociales que disponemos los países europeos, por ello, su esfuerzo y su voluntad adquiere un mérito mayor, una conciencia y una responsabilidad en medio de una vida nada fácil, que debería hacernos reflexionar. (Ver álbum)

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